jueves, 2 de agosto de 2018

2 de Agosto de 2018 Lourdes (F) a Tres Cantos (E)

Humanamente, todo lo bueno llega a su fin. Hoy -ahora ya puedo decirlo- esto se ha acabado. Eso creo.
Lo de menos ha sido la etapa, aunque también ha tenido su "aquel", por un lío del GPS que me la ha jugado.

Me he levantado tardecito para los estándares de este viaje. La idea era estar en la carretera a las ocho.
Anoche, pensando que lo de hoy no era complicado, ni preparé la ruta ni nada. Esta mañana, cuando le pido al GPS que me lleve a casa, me manda por San Sebastián. Horror!. Así que le digo que no, que quiero cruzar los Pirineos para caer a Formigal.  De acuerdo, -me dice el GPS-, pero me hace dar una vuelta enorme, que para mi no tenía sentido. Así que apunto la moto hacia el sur, y tiro como Dios me da a entender.  A los pocos kilómetros, me doy cuenta de que estoy bastante perdido, y encima en Pirineos, puedo acabar en cualquier carretera de mala muerte, y complicarme la vida a lo tonto. 

Así que retrocedo, y le hago caso al GPS, que después de una vuelta por donde le ha dado la gana, me ha llevado hasta el Col del Portalet, que es justo donde está Formigal. Tres horas para hacer 75 km.

Desde ahí ya ha sido todo más o menos coser y cantar. Caer a Sabiñánigo, cruzar el puerto de Monrepós, y llegar a Huesca.  Justo antes, paro a repostar, pero traía el capricho de un café con leche, pedido en Castellano, en una barra "nacional". 

Paro en una gasolinera de Repsol, que tenía adosado un bar tan cutre tan cutre, que cumplía a las mil maravillas mi requisito.
Como digo, paro, me bajo. Casco fuera. Guantes fuera. Cazadora fuera. Gafas de sol fuera. Cartera y llaves al bolsillo. 
Entro al local, y efectivamente, una barra sucia. Un montón de magdalenas, junto a una bandeja de ensaladilla rusa. Un tipo gordo sentado en un taburete tomándose un café, y una copa de anís. El palillo entre los dientes.
Pienso para mí: después de tanto Noruego, y Finlandés, esto es lo que necesito.

Detrás de la barra no hay nadie. Espero un ratillo a ver si se acerca el camarero. Me lo imagino con delantal blanco. Sucio. Pelo grasientillo. Joven, enjuto.  Espero, pero no sale nadie a atender. Espero.

Y en estás, se oye una discusión proveniente de la cocina. No distingo las palabras, pero son un hombre y una mujer. Sube el nivel de las voces. La voz aguda, se agudiza más. Se abre la puerta, y entra el camarero. Más bien, sale de la cocina con el rabo entre las piernas, y sin volver la vista atrás se me acerca.  Es chino!.

Mientras observo la escena, la china sale de la cocina, y le sigue dando caña al pobre chino.  Y yo sin café.   No se lo que habrá hecho el pobre tipo, pero no hay culpa que merezca este rapapolvo asiático en público, por la mañana.  Sin duda, es su mujer.
Bienvenidos a España.

Y ya con esta escena en la cabeza, afronto los cuatrocientos kilómetros que me separan de mi casa. Hogar dulce hogar. Te he echado de menos, pero se que ahora voy a echar de menos la rutina de madrugar, coger un ferry, acomodarme en el hotel, comprar algo para cenar, preparar la ruta del día siguiente. Reservar alojamiento, y escribir el blog, antes de que alguno de sus lectores me mande un Whatsapp para preguntarme que por qué no está aún listo el resumen de hoy.   
Nordkapp, te voy a echar de menos!.


PD: Asombrosamente, después de estos 10.700 Km, llego a casa sin un rasguño, sin averias, y sin ningún contratiempo digno de mención.  Francamente, no tenía idea de lo que se me venía encima con este viaje. De haberlo sabido, no se lo que hubiera hecho. 

Dejo para mañana y días sucesivos ir resumiendo las enseñanza que puedan ser de interés para otros viajeros que deseen emprender esta misma aventura.  De momento ya tengo tarea intentando encajar las pegatinas que he traido, en las maletas de la moto.
Esto aún no ha terminado. Y además me queda montar los vídeos.

miércoles, 1 de agosto de 2018

1 de Agosto de 2018 Lisieux (F) a Lourdes (F)

De punta a punta de Francia en medio día, lo cual deja bastante claro que Francia es más pequeña de España.
También es verdad que me he pegado un madrugón. Igual no tanto, pero como aquí anochece, 

pues si te levantas y todavía es de noche, parece que madrugas mucho.

Bueno, entonces desde temprano, dandole al punño del acelerador para no alargar demasiado la etapa. Frio tempranero, con 12º, y la carretera bastante despejada a primera hora. Al cabo de un rato se empieza a llenar. Cada vez más, y ya en Burdeos, es una caravana, a la que contribuyen no sólo la enormidad de turistas rumbo sur, sino un accidente que tiene cortados dos carriles de la autopista. Afortunadamente, con la moto puedes "ratonear", y no se pierde tanto tiempo. En Burdeos, precisamente dejo la autopista que baja hasta España, y tomo la que va a Tulouse. Esta está totalmente vacía, vamos dos más y yo. Y así llegó primero a Pau, Tarbes, y finalmente a Lourdes hacia las tres y media.

Busco el hotel, me refresco, y salgo a dar una vuelta. Las calles son un puro comercio de velas, estampas, rosarios. En fin, es un espectáculo que siempre me ha chocado bastante, pero bueno...
 He dado un largo paseo hasta la gruta, y haciendo un poco de tiempo he vuelto al hotel.
Poco que esperar de este penúltimo día de viaje.

Y mañana ya toca volver. Subiré por el Col del Portalet hasta Formigal, y luego Huesca, Zaragoza y ya volver a casa.

martes, 31 de julio de 2018

31 de Julio de 2018 Münster (D) a Lisieux (F)

Hoy tocaba día de trabajo desde muy temprano. Viajaba hasta Lisieux, que es una población de Normandía, que ya tuve ocasión de visitar en Septiembre del año pasado en moto, y que por razones de tiempo no pude ver su basílica el año pasado. Como en este viaje quería rodear París, para evitar los problemas de la ida, me venía muy bien parar aquí.
Salgo de Münster muy muy temprano, para llegar a Lisieux hacia las dos de la tarde.
Esto es desde el hotel a primera hora. 
Por el camino, mucho tráfico como siempre en torno a las ciudades. En Alemania es de escándalo. Entre las obras y los que van a la oficina, voy a paso de tortuga.
Llego a Bélgica, y el tráfico se fluidifica. Voy avanzando más. Pasa la mañana, y por fin llego a Francia. Otra vez tráfico, obras, y que son pésimos conductores. Pero voy bien de tiempo. Y según lo previsto llego a Lisieux. Justo de gasolina, pero llego.
Se está celebrando una prueba deportiva ciclista en la ciudad, así que aparco como puedo porque está todo cortado y voy al hotel. Me cambio y me acerco caminando a la Basílica.

Ya había visto en Youtube algo, y me parecía interesante de ver.
Es enorme, y me parece bonita sobre todo por dentro con todo lleno de mosaicos. Unos mejores que otros.

El interior no tiene columnas y da bastante sensación de amplitud. Lo mismo sucede en la cripta.

Bueno, como tenía tiempo, lo he estado viendo todo muy despacio. Es del poco turismo que he podido hacer en este viaje.
Luego de la visita he pensado en ir a echar gasolina a la moto, para mañana salir directamente. En mala hora!. Con todas las calles cerradas por la carrera ciclista, el GPS me he llevado por sitios inverosímiles. Me ha metido por un barrio que daba miedo, y luego por unos caminos que pasaba solo un coche. Y cuando parecía después de una hora de dar vueltas, que llegaba a algún sitió, me encuentro una carretera cortada, y un policía que me dice que me de la vuelta. 

(jajajaja), con un coche volcado en mitad de la calzada!!!, ya no me lo podía creer.  Le he tenido que explicar que no podía dar la vuelta, primero porque no cabía y segundo porque iba a la gasolinera, 

y ese camino es el único por el que se puede pasar, gracias a la carrera ciclista. Han sido comprensivos y me han dicho que esperase cinco minutos a que recogieran el coche, y con mucho cuidado porque el suelo estaba lleno de cristales rotos, he pasado y he llegado a la gasolinera. Ufffff.

Bueno, mañana penúltima etapa. voy a cruzarme Francia de un tirón, porque ya estoy hasta el gorro de tanta autopista. Pero como es 1 de agosto va a haber mucho turista bajando hacia España, y el paso de Irún va a estar petado, así que voy hacia Pirineos por el centro a cruzar por Fomigal. Voy a dormir en Lourdes, y a hacerme al día siguiente un puerto precioso que sube de Lourdes a Formigal, y caes ya justo a Sabiñánigo y de ahí a Huesca, Zaragoza, etc


lunes, 30 de julio de 2018

30 de Julio de 2018 Hirtshals (DK) a Münster (D)

La música de hoy, también de Grieg. Enlace a la música: Edvard Grieg - Peer Gynt Suite No. 1 Op. 46
Hoy, ya contento de haber llegado al hotel. Ha sido un día muy largo. Para mí, que casi empezó ayer en el Ferry en Stavanger. El precio del pasaje en butaca era de 90 Eur., y en camarote, 232 Eur. Así que me saqué butaca, esperando poderme tumbar en algún rincón del Ferry, y pasar una noche más o menos tranquila.  Resulta, que te dan una butaca numerada, y te tienes que sentar en ella. Intenté moverme, pero me pillaron y me mandaron a mi butaca. La butaca estaba bastante amplia. Mejor que los asientos de primera de un avión; pero no es lo mismo.


Así que pase la primera parte de la noche, aguantando ronquidos y estrecheces. Luego ya me dormí y fue más o menos bien. Por la mañana tocan diana a las 6:30. Tienes que buscarte sitio en alguno de los baños si te quieres asear un poco. El caso es que a las 7:30 ya estaba sobre la moto, en Dinamarca con una flamante autopista ante mi. El GPS me daba una hora estimada de llegada a Bremen de las 14:00, lo que se me hacía muy temprano. En la primera parada para repostar, decido estirar la etapa un poco más. Miro el mapa, y tengo Münster a tiro de piedra, 180 Km pasado Bremen. Así que cancelo la reserva de Bremen y cojo nuevo hotel en Münster.
Ha sido un viaje sin incidencias. En Dinamarca, el límite es de 130, y en Alemania, no hay límite, así que he venido bastante ligerito. Como siempre, en las cercanías de Hamburgo, de Bremen, es decir, de los grande núcleos, mucho tráfico y muchas obras en la propia autopista.
La temperatura ha ido subiendo conforme pasaba el día. Hasta las 12, más o menos tolerable, pero luego ya ha empezado a hacer calor en firme, que en la moto se sufre mucho más, sobre todo en las zonas que ay que aminorar la marcha por obras.
Finálmente he llegado al hotel, hacia las 16:00. Münster parece una ciudad con atractivo. Tranquila al estilo de Munich, y bonita. Todo muy ordenado. Mucha bicicleta..., pero es Alemania, donde ya son un poco bordes. Hasta ahora, donde fuera, decías "Good Morning", y te seguìan la conversación en u inglés perfecto, sin problemas. Aquí, te responden también en ingles al saludo, pero a continuación el precio y lo demás, vuelven al alemás. Bastante idiotas. 

Para mañana quiero atravesar el Benelux, y entrar en Francia por Normandía, para no acercarme a París ni de lejos. A la ida ya sufrí el tráfico por culpa de haber pasado demasiado cerca. Esta vez doy un rodeo, y duerma probablemente en Lisieux, que ya lo conozco del año pasado en viaje por Bretaña y Normandía.

Hoy no hay fotos, porque no había nada que fotografiar. Los paisajes bonitos ya quedaron atrás en Escandinavia.

domingo, 29 de julio de 2018

29 de Julio de 2018 Bergen (N) a Stavanger (N) a Hirtshals (DK)

Después de dos etapas largas, y durillas, hoy, mejor dicho ayer decidí tomar una Ferry en Stavanger hasta Hirtshals, ya en Dinamarca, y evitarme la ruta Stavanger a Kristiansand, que por lo que he leido, es muy parecida a la que me llevó hasta Bergen, y que no aporta nada. 
Realmente lo bonito de Noruega, está en el norte. Aunque no me cabe duda que para los Noruegos, les guste más el sur, por el tiempo. Pero yo la verdad es que estoy pasando un calor tremendo en todos lados. Sin duda, el norte es lo que vale más.

La ruta de hoy, pues era dse sólo unos 200 km entre Bergen, y Stavanger. Ayer, lo poco que vi de Bergen, no me dijo mucho. Las ciudades, son ciudades. Parece un sitio bonito, porque son todo islitas, y casitas bajas. Pero en fin...

Hoy Stavanger si que tenía algo más que ver. He tardado cuatro horas en llegar, como decía el GPS, a pesar de tener que tomar dos Ferrys, de los largos.

Estaba en Stavanger a las 14:00, así que me he ido al centro primero a ver un barrio de casas de madera que lo venden como patrocinado por la Unesco, etc..., y luego no vale nada. Es una urbanización de unifamiliares. No merece la pena dedicarle tiempo. Y a continuación me he ido a pasear por los embarcaderos, donde hay un barrio que tiene su gracia. Todo peatonal y tiene dos partes. Los muelles, con chiringuitos, y terracitas, que como además hacia sol se estaba fenomenal, y luego un barrio de calles estrechas y casas antiguas de madera restauradas, que ahora son restaurantes o tiendas. Muy chulo.




La segunda parte del viaje de hoy consiste en tomar el Ferry en Stavanger hasta Hirtshals en Dinamarca. La travesía son 11 horas. Llego a las 7:30 de la mañana, y sigo hasta Bremen.


  

sábado, 28 de julio de 2018

28 de Julio de 2018 Molde (N) a Bergen (N)

La música de hoy, no podía se otra más que esta, también de Edvard Grieg. Enlace a la música:  Edvard Grieg - Peer Gynt Suite No. 1 Op. 46, In the Hall of the Mountain King (Yo la llamo: Música para un Troll)

Uffff, vaya dia!. Venga cruzar fiordos, venga ferrys, venga túneles, venga puertos de montaña...

La etapa de hoy no me pareció complicada al planificarla. Tal vez me distrajo que tenía que hacer parada en "Trollstigen" (si, es correcto, hay un lugar que es la tierra de los Trolls).

Bueno, por partes. Me levanto y hace otra vez un día espléndido. 

Había algunas nubes, -mejor porque ayer el sol achicharraba-, pero 20º a las 7 de la mañana... no es normal por lo que me han dicho por estas tierras.
Salgo de la isla donde estaba, a través de un túnel de 4 kilómetros... por debajo del mar. Subo a la superficie, y enseguida engancho el primer Ferry del día, para cruzar el primer fiordo de la mañana. Entro justo el último en el Ferry, pero vale igual. De todas formas, siempre hay dos ferrys, que se mueven  de orilla a orilla de forma coordinada. Generalmente no hay que esperar más de 10-15 minutos.

Enseguida tiro hacia Trollstigen. Es un paso que hay que hacer para pasar de un fiordo a otro. En este caso se trata de subir una montaña y bajarla por el otro lado. El cambio de fiordo, y de valle, se puede hacer de tres maneras: en ferry, por túnel, o subiendo un puerto de montaña.
El atractivo que tiene este sitio, es que se llama Trollstigen, y está asociado a todo lo "Troll". 

Para empezar, antes de subir el puerto, en lugar de la típica señal de cuidado renos, hay otra de cuidado Trolls.

Se empieza a subir por una carretera muy empinada con curvas en horquilla. Pero son pocas. A mitad de camino hay un mirador para ver la catarata que pasa paralela y por debajo de la carretera.

Las vistas del valle son únicas. Aquí se aprecia bien lo que ha sido el día de hoy. 

Continuamente pasando de valle en valle. Los fiordos y los valles se mueven en dirección este/oeste, por esta zona de Noruega, y yo estoy bajando de Norte a Sur. También se ve un poco la carretera. Es como un Stelvio en pequeñito. En realidad es más la fama, que lo que es. 
Lo que si está fenomenal es la caída al siguiente valle. Por aquí se sube en seis kilómetros, pero por el otro lado se baja en 50 kilómetros, por unos paisajes de escándalo.
Nuevo Ferry. Aquí ligué con una pareja de Suiza. Les estaba contando qwue el paisaje de hoy era como Suiza, menos por las casas, y las alturas. Aquí lo más alto no llega a 700 metros.



 Y aquí de nuevo desmontando mitos. LLegué a una gasolinera y pregunté por el baño. Me dijeron que lo estaban reformando, pero que al lado había unos baños públicos. Y efectivamente. Entro, y está hecho un desastre (prefiero no dar detalles), para que luego digan de los de España..., pero lo mejor me lo encuentro en una pegatina/aviso en la pared (jajajaja) El que tenga mala puntería, ya sabe...,  

 Más Ferry..., creo que van tres. En este había una pareja de chicas holandesas con dos motones, y con una mala pinta... ni me atreví a saludarlas, porque daban miedo.



 Sigo la marcha por unas carreteras reviradas, que están bien para un rato, pero no ocho horas como llevaba ya. Diria que eran carreteras de alta montaña, pero es que las montañas aquí no son altas, así que lo dejamos en carretera de montaña.
 Los paisajes, lo mejor de lo mejor.
Bueno, igual que todo Noruega, para que nos vamos a engañar.
 En cualquier sitio, te encuentras una montaña que emerge del mar.


 Valles y más valles...
 Último Ferry del día (creo que al final han sido cuatro. Al bajar de este Ferry me he enganchado a un grupo de cuatro motos locales, que me han llevado hasta Bergen, bastante bien, porque yo la verdad es que ya estaba un poco cansado.

 Han sido casi once horas de moto, que me han dejado baldado. Pero al final he llegado a Bergen sano y salvo. 
 Aún he tenido que seguir un poco más allá, hasta el hotel "Edvard Grieg", cerca del aeropuerto. Los sábados, encontrar alojamiento céntrico, es complicado, y/o muy caro, así que me tengo que buscar la vida como puedo.
Y este es el hotel, y fin del trayecto por hoy.

Mañana es la última etapa en Noruega. Ya tendré tiempo de recapitular y evaluar todo lo que he visto y vivido, que ha sido mucho. Pero de momento, me quedo con Laponia, Norkapp por supuesto, y las Lofoten. Y el resto en general todo muy bonito.

Mañana voy hasta Stavanger, que está a solo 200 Km, pero el GPS ya me avisa que son 4 horas. Allí haré tiempo hasta las 20:00, que es cuando sale el Ferry que me llevará a Dinamarca, en una travesía de 11 horas. Cuando desembarque, me voy hasta Hamburgo o Bremen, ya veremos. 

Igual mañana no puedo escribir el Blog, así que pasado mañana habrá doble ración desde Alemania.